Esta nueva entrada en el blog del BV80 es mi pequeño homenaje a su persona, a su vida, la de antes y la de ahora.
¡Qué pena! Se nos ha ido El Abuelo sin saber que su Canto a la Libertad va a ser por fin el himno de Aragón. ¡Aquí, siempre igual!
Cuando todo lo rompible estaba por romper, unos recalcitrantes modernos de dieciocho o veinte años respetábamos lo que ya se nos antojaba que era de lo poco que se debía respetar: José Antonio Labordeta.
Texto extraído de "Noches de BV80":
¡Qué pena! Se nos ha ido El Abuelo sin saber que su Canto a la Libertad va a ser por fin el himno de Aragón. ¡Aquí, siempre igual!
Cuando todo lo rompible estaba por romper, unos recalcitrantes modernos de dieciocho o veinte años respetábamos lo que ya se nos antojaba que era de lo poco que se debía respetar: José Antonio Labordeta.
Texto extraído de "Noches de BV80":
MIÉRCOLES, 28 DE ABRIL DE 2004
Hoy, por fin, José Antonio Labordeta presenta su libro “Cuentos de San Cayetano”. Voy al acto ya que, como siempre, para mí continúa siendo “El Abuelo” y porque algunos de los que también se lo llaman con derecho, aunque sea tardío (quizá por tardíos, los más cercanos y queridos), estarán allí y todos interesan para mi historia. Hago mi homenaje y quizá alguien colabore.
Lo conozco desde que venía de visita al estudio de los Forma, allá por 1973 ó 74. Todo el mundo quería ver a los bichos raros en crudo y, como bichos, les dábamos gusto. A la mayoría les abríamos la puerta en pelotas y los atendíamos en pelotas. Ellos, para entrar en la modernidad, necesitaban un bautizo, un baño de “Forma”; se hacían los no sorprendidos. Aunque, si alguno resultaba realmente duro o lo parecía, en un ataque de “histeria colectiva” lo perseguíamos con el cuchillo ritual de los sacrificios por el pasillo, transportándolo al altar de la gloria, por venir.
Al Abuelo no (José Antonio por entonces para nos ya lo era, teníamos 18 años). Al Abuelo lo recibíamos con honores, vestidos y con su último elepé sonando a toda pastilla en el tocadiscos (casi siempre lo veíamos llegar por la calle desde el balcón), aunque nuestro rollo musical fuese por otros derroteros. Cara a la galería, o sea, los Forma mismos, era “el cachondeo” con el que afirmábamos nuestra rebeldía, pero en el fondo había un homenaje y la manera de mostrarle respeto.
Desde que empezó este tema del BV80 he tenido contacto con él en varias ocasiones. No hace mucho me recordó que poseía un cuadro mío. Lo compró en mi exposición de la Galería Atenas (más tarde sería Caligrama) cuando Miguel Marcos se hizo socio de Antonio Fortún y de Don Federico.
El portal, el recibidor y la cafetería del Hotel Catalonia de la Plaza de San Cayetano están a rebosar. Veo cien caras conocidas. Mientras aguardo a que afloje la cola que ya “sufre” José Antonio, para que me dedique su libro, paseo con un whisky en la mano al BV80 por la sala, pero excepto Santiago del Campo y mi tío Rodolfo, nadie le muestra demasiado interés. Se ve que andan cansados de esperar mi llamada para hablar del asunto. A alguno ya hace un año que se lo advertí.
[...]
El portal, el recibidor y la cafetería del Hotel Catalonia de la Plaza de San Cayetano están a rebosar. Veo cien caras conocidas. Mientras aguardo a que afloje la cola que ya “sufre” José Antonio, para que me dedique su libro, paseo con un whisky en la mano al BV80 por la sala, pero excepto Santiago del Campo y mi tío Rodolfo, nadie le muestra demasiado interés. Se ve que andan cansados de esperar mi llamada para hablar del asunto. A alguno ya hace un año que se lo advertí.
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