Recuerdo a José Mari con boina y lleno de collares, con pinta de hippy. Me recuerdo con mi padre en la Lonja, durante una bienal, viendo un cuadro suyo. Le recuerdo pintando un mural en las tapias de San José. Me recuerdo pasando por allí con mi banda y diciéndoles: lo veis, qué os decía yo; y lo de Goya también es verdad. Y le recuerdo cuando abrió el BV 80. Dice un amigo que hay que empezar a contar la historia de los bares. La del BV 80 merece un libro entero y creo que se va a hacer. Por su escenario de Palomar pasó Sabina, y Bunbury o Santiago del Campo entonaron sus primeras notas. Pero, lo más importante, por el BV 80, como por todos los bares, pasó la vida. La vida del año 81, donde la ilusión podía con todo, incluso, con los golpes de estado. Por esas fechas mi amigo Ignacio se marchó a Barcelona. En realidad, nunca se ha marchado del todo y ahora, a veces, cuando vuelve cada mes, a uno le parece que le gustaría que todo siguiera como entonces. No está mal sentir nostalgia por tiempos de ilusión. El problema es cuando se echa la vista demasiado atrás y se añoran los otros años, los del silencio. A lo mejor eso le ocurría al anterior Ayuntamiento de esta ciudad. Quizás por eso quiso cerrar todos los bares donde se hacía música en directo. Tal vez era sólo cuestión de nostalgia.
sábado, 30 de mayo de 2009
Rodolfo Notivol y el BV-80
Recuerdo a José Mari con boina y lleno de collares, con pinta de hippy. Me recuerdo con mi padre en la Lonja, durante una bienal, viendo un cuadro suyo. Le recuerdo pintando un mural en las tapias de San José. Me recuerdo pasando por allí con mi banda y diciéndoles: lo veis, qué os decía yo; y lo de Goya también es verdad. Y le recuerdo cuando abrió el BV 80. Dice un amigo que hay que empezar a contar la historia de los bares. La del BV 80 merece un libro entero y creo que se va a hacer. Por su escenario de Palomar pasó Sabina, y Bunbury o Santiago del Campo entonaron sus primeras notas. Pero, lo más importante, por el BV 80, como por todos los bares, pasó la vida. La vida del año 81, donde la ilusión podía con todo, incluso, con los golpes de estado. Por esas fechas mi amigo Ignacio se marchó a Barcelona. En realidad, nunca se ha marchado del todo y ahora, a veces, cuando vuelve cada mes, a uno le parece que le gustaría que todo siguiera como entonces. No está mal sentir nostalgia por tiempos de ilusión. El problema es cuando se echa la vista demasiado atrás y se añoran los otros años, los del silencio. A lo mejor eso le ocurría al anterior Ayuntamiento de esta ciudad. Quizás por eso quiso cerrar todos los bares donde se hacía música en directo. Tal vez era sólo cuestión de nostalgia.
viernes, 22 de mayo de 2009
Pensamientos del mes ante el botellero
Se presentó el martes 19 de mayo en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Zaragoza, con gran éxito: numeroso público, buen ambiente y firma de ejemplares inacabable.


FICHA TÉCNICA
Título: PENSAMIENTOS DEL MES ANTE EL BOTELLERO
Autor: VALTUEÑA
Edita: LIBROS DEL INNOMBRABLE
Colección: LOS LIBROS DEL SEÑOR NICOLÁS
Número de la colección: 1
Páginas: 81
PUNTOS DE VENTA
-El Corte Inglés (Pº Independencia, Zaragoza)
-www.librosdelinnombrable.com (novedades)
El Periódico de Aragón (21 de mayo de 2009)
Libros (pág. 54). Por Roberto Miranda
"Epigramas que entran como tragos de coñac con música"
El pintor Valtueña aparece con un libro de versos epigramáticos, en los que se escuchan las ruedas del tiempo, como en Marcial. Estos Pensamientos del mes ante el botellero, son como tragos de coñac duro, que raspan por dentro e iluminan, y hay que esperar quieto como el lagarto al sol, sin menear un músculo frente a la barra, antes de regresar a la copa. Y leer entonces: Me atraen los pechos potentes y tersos / como pitones, de los que no se doblan / atravesando corazones.
[para leer artículo completo:
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=499679 ]
El autor y su obra (texto que aparece en solapa del libro)
José María Blasco Valtueña nació en Zaragoza en 1955, según cuenta la madre, inquieto, con el cordón umbilical dándole siete vueltas al cuello, y no se asfixió.
Oficialmente, estudió arte sin más.
Por la controversia de si perteneció o no al revolucionario e histórico grupo artístico Forma, alguien, hace dos días, queriendo saber todavía más, ante un público comprometido le preguntó: “Pero tú ¿fuiste o no del grupo?”. A lo que él contestó: “Claro, fui la querida”.
De 1981 a 1983 promocionó y dio cancha en el BV-80 a pequeños que ahora son grandes de la música y de la escena, como Santiago del Campo, Bunbury, Sabina y Krahe, Mauricio Aznar, Carlos Martín, Santiago Meléndez, Pedro Rebollo o Jaime Ocaña, entre otros, muchísimos, que igual merecen estar aquí. Y por ello, aunque estuvo a punto, tampoco se asfixió.
Como sigue inquieto, a pesar de los pesares y con la argolla a los tobillos, persevera en dar luz a todo tipo de fenómenos artísticos. Y escribe. Ya son más de 1.300 páginas en cinco años listas para publicar, ni que dios quiera ni que no. Al fin él no gasta gel para manchar papel, sino para embellecer cabezas. De esos folios sale este librillo “Pensamientos del mes ante el botellero” que, aun escrito por Valtueña dejando círculos húmedos por esas barras, aunque lo pareciese, tampoco estaba asfixiado.
viernes, 8 de mayo de 2009
Vicente, Cristina y el BV-80
Rodeado de ángelas, sí, femeninas, con sexo y con seso.
Tomando café con una nube de leche con Isaac Asimov y con Sigmund Freud, discutiendo la existencia de Dios, de mujeres pechugonas y de que el psicoanálisis es una patata podrida.
Todas las noches me visita en mis sueños. Y le abrazo muy fuerte. Él camina y lleva el pelo largo y rizado, como en la época del BV 80.
¡Cómo le hecho de menos!




Seguiría contando muchas cosas, pero sólo quiero agradecer la oportunidad de formar parte de una movida artística tan fantástica.
Lo de la ataxia, la silla de ruedas... pues algún defecto hay que tener.
domingo, 3 de mayo de 2009
Como en La Mandrágora

Artículo de Matías Uribe
Histórico BV-80

Enmendemos un patinazo neuronal. Meses atrás uno desempolvaba el primer álbum de Sabina y a la hora de recordar una inolvidable estampa –su primera visita a Zaragoza en compañía de Javier Krahe, a finales del 80– trabucó el lugar donde ambos presentaron sus respectivos discos en una noche de copas, risas canallas y canciones transgresoras. No, no fue el Barrio Verde, sino el BV-80. Su dueño y fundador, José María Valtueña, refresca la memoria y con toda razón: “En el BV-80 empezaron o dieron sus primeros pasos muchos de los actores, músicos, poetas, danzantes, etc. que ahora están trabajando o funcionando, pues a muchos de ellos yo los promocionaba, los animaba e incluso les obligaba a hacer cosas propias y originales si querían actuar en el BV-80 (era condición imprescindible). El BV-80 también tenía una serie de locales que se proporcionaban a los grupos para que pudieran ensayar. Venían grupos de toda España a presentar su música; algunos hacían más de 1.000 km en furgoneta y se pagaban la estancia para poder tocar en el BV-80 (ninguno cobraba un duro). Algunos grupos o músicos de la ciudad que nacieron o dieron sus primeros pasos en el BV-80: Mauricio Aznar con Golden Zippers; los Aborígenes del Cemento; César Navarro, Fernando La Figuera y Santi con Acto Fallido, que más tarde fueron Los Especialistas; Enrique Bunbury y compañía, que luego serían los Héroes del Silencio”.