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Blog de información sobre el mítico bar de Zaragoza, fundado por Valtueña, que tuvo su apogeo entre 1981 y 1983.

EL CULPABLE DE LA MOVIDA

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Josemari (Valtueña), 1981

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domingo, 14 de febrero de 2010

Sobre mi libro

Hasta ahora he ido escribiendo anécdotas, algunos pequeños datos, historietas actuales y pasadas, y opiniones que tuviesen que ver con los bares, la música, el teatro, etc. Con el BV-80.
Hoy me atrevo a meter una sinopsis, digamos que publicitaria, de un libro próximo a publicar "Noches de BV-80", para que os hagáis una idea de qué va en realidad mi historia.


“Las noches del BV-80, escapando a tocar” es la frase que canta Bunbury en uno de los temas de su primer disco en solitario “Radical Sonora”, nada más abandonar Héroes del Silencio.

El BV-80 fue el café teatro de Zaragoza donde empezaron y se conocieron los Héroes, donde Joaquín Sabina y Javier Krahe (la primera vez que de La Mandrágora salían a cantar fuera de Madrid) presentaron los discos que les dieron a conocer, el bar donde se fraguó la movida musical, teatral y ¿por qué no? política zaragozana de los 80-90, cuya trascendencia llega a nuestros días.

Ensayo de espectáculo teatral en el BV-80 protagonizado por Santiago Meléndez (al fondo),
con público joven de tarde (algunos chicos de Aborígenes del Cemento)

En “Noches de BV-80” se narra, con una literatura cruda y fluida, la aventura de todos estos personajes (a los que obviando sus nombres podríamos situar en cualquier ciudad del mundo). La de los que triunfaron (Juan Aguirre, de Amaral, también es un “hijo” del BV-80) y la de los que con desilusión se fueron quedando por el camino. Se ve cómo nace, se crea o se destruye un músico, un actor, un director, un artista al fin; y cómo se desilusiona, hasta desaparecer, un agitador cultural.
Una historia real con nombres y apellidos, sobre personas que se dedicaron o se dedican al teatro, al cine, a la música o la literatura en todas sus vertientes, junto con la de algunos políticos (que iniciaron su carrera organizando espectáculos y han sido capaces de culminar Expo Zaragoza 2008), que gira por entremedio o alrededor de la vida del autor de este libro, al darles cancha a todos, aun a costa de su propia ruina, en el café teatro Bar BV-80.

Aquí se dilucida la vida en un bar, vista desde un bar o a causa de un bar dedicado exclusivamente a promocionar autores o intérpretes de autores y su espectáculo, y todo el ambiente (la vida real de la época) que atemperó el vivero de tal explosión de creatividad, con sus correspondientes bajas. La de los que aserraban escopetas en los comienzos de las drogas duras y la de los que se iniciaban y murieron por ellas. La de l@s que tenían que prostituirse oficial o extraoficialmente para ellas y la de l@s que lo hacían por capricho, por dinero. La de los políticos. La de las mafietas de recortada temblorosa o navaja inquieta, alguna de pipa y chapa abrillantada. La de los fantasmas del BV-80 y la del promotor del local, autor de este libro, que tuvo que bregar con todo ello y, aun dándose plenamente por nada, fue denigrado por varios de los retratados, prensa de la época incluida, siendo la consecuencia veinte años de desdén y penuria adobada de los agrios o dulces momentos que aportan las (en principio) buenas compañías.

Alma y amigos venían de esta guisa al BV-80.
Foto: cortesía de Sergio Gómez

En mi escrito hay decenas de relatos que, aun siendo uno, con muchos de ellos se podrá hacer una película. La historia es buena. Lo aseguran los varios expertos que han llegado a leer algún trocito de la novela: marujas diversas, chulos de putas, bibliófilos, camareros, viudas de músico famoso, músicos, artistas, actores consagrados, fans de Héroes del Silencio de no más de veinte años, primos, padres e infecundos, gentes de mi pueblo, profesores y catedráticos, raperos, cristaleros, feministas que les jode tener que darme la razón, neohippies, fontaneros, expresidiarios a los que les gustaría haber vivido tanto en tan poco tiempo, e incluso escritores de ya cierto renombre. Interesa, en particular, a jóvenes de dieciocho años para arriba, porque de menos, aunque muchos de los protagonistas son de catorce o quince, quién sabe si ahora los que tengan hijos de estas edades no se escandalizarían al saber que lo han leído.

Jóvenes aficionándose a la música en el BV-80,
futuros protagonistas de la movida

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