¡Que paguen las máquinas!
¡Que paguen las máquinas! Nadie osa mentar esta necesidad ya
presagiada por todos.
Los adelantos científicos y tecnológicos persiguen
supuestamente el beneficio de la humanidad. ¿A quién favorece, pues, tanto
robot y similares sino a los propietarios que los explotan enriqueciéndose con
ellos? Mientras, quienes antaño realizaban esos trabajos que ahora les birlan
tan sofisticados artilugios quedan en la calle para acabar cobrando subsidios
de miseria; muchos de nosotros ni eso.
¿No hay dinero para pensiones…? De acuerdo, el futuro ya
está aquí. Nunca se ha ido. Y ahora toca que las maquinitas apoquinen al erario
las diferentes cotizaciones que de normal les correspondería aflojar a los
suplantados por estos ingenios que no pagan Seguridad Social.
Renta básica universal ¡ya!
JM Valtueña