En las entrevistas a personajes de la época para reconstruir la “verdad” del BV80, me encuentro con sentimientos enquistados en la conciencia de algunos de los que lucharon con ilusión para llegar a tener derecho a estrellarse. Creen que los que han triunfado se aúpan sobre montañas de cadáveres de los que se fueron quedando por el camino que suponían les llevaría a la “gloria”. Sin atreverse a mirar para abajo, estiran la cabeza desesperadamente, alejando su nariz del hedor de tal masacre, de la que han escapado sin saber porqué. Algunos ni siquiera se paran a preguntárselo. Prefieren mantener esa pose forzada de altivez. Se saben estrellas con pies de barro.
Declaraciones de Paco Cester (cantante del grupo del BV80 "Aborígenes del Cemento" a partir de su segunda época) publicadas en la página 999 del libro "Noches de BV80"":
De la entrevista a Paco Cester.A raíz de terminar el libro "Noches de BV80", los antiguos Aborígenes del Cemento se vieron y escucharon su música por primera vez en mucho tiempo en una de las fiestas BV80 de la Estación del Silencio realizadas para mantener viva la obra hasta su publicación.
«En Aborígenes del Cemento faltó un código de amistad. Yo tenía veinte años y quería ser el que mejor cantara, el que mejor grupo tuviera (pero reconoce que iban todos muy justitos). Nos obsesionamos con que necesitábamos un músico mejor, más profesional. Teníamos el mejor grupo y la cagamos. Nos cargamos algo muy bonito por esa obsesión y ya no fue lo mismo. Tardé tiempo en darme cuenta de que lo importante es la expresión pura y dura, el pasarlo bien haciendo música. En aquel tiempo sólo me preocupaba de vivir, de pasarlo de vicio, no sabía o no me interesaban las gestiones. Pocos años después, un día en la En Bruto viendo a los Héroes, a un grupo de chicas al lado mío que cantaban mi “Yonky” les escuché decir que el mejor grupo que había existido era Aborígenes, que guardaban carteles y chapas en sus dormitorios y les ponían velas. A mí ya no me reconocían. De esa época, que fue el comienzo de todo, nadie ha escrito nada. Sólo quiero que la gente sepa que existí, que estuve allí, que pisé esas calles.»
En dicha fiesta (2008) se leyeron algunos pasajes del futuro libro y se pincharon canciones de la época recuperadas en la labor de arqueología urbana llevada a cabo durante años por Marisa Lanca y Valtueña.
Fue una cinta de cassette remasterizada en formato cd por Vicente Martí "El Cante", grabada por él mismo en uno de los conciertos de Aborígenes en el BV80 durante el año 1982 y donada al archivo de datos del libro (colección Valtueña-Lanuza), lo que les llevó a recuperar el grupo que "triunfaba" antes de meter en él a ese "gran músico" por el que desaparecieron. Por supuesto, para esta nueva aventura no han querido contar con él. Ese cd era el único documento que quedaba de sus canciones y fue cedido por BV80 a los antiguos Aborígenes para que recuperaran letras y música.
Ayer sábado 13 de noviembre presentaron con un conciertazo en directo (mal sonorizado por cierto) en la sala The Cavern Prior de Zaragoza su primer disco "El delito de volver".
Un gran disco, dedicado (entre otros) a Valtueña y Marisa Lanuza, cosa que el BV80 agradece.
Llenazo de la sala y éxito total, como cuando empezaban en el BV80, con público de ahora.
¡Que Yios reparta suerte, y les llegue!
Aquí os dejamos la mítica "Yonki", última canción del disco.
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