En los bares, como en el BV-80, nace o se desarrolla la bohemia.
Manuel Fraga dijo hace tiempo: "España es diferente". Y levantó un país a base de turistas y divisas.
Todavía vivimos del turismo.
Todavía vivimos.
¿Por qué no seguimos manteniendo nuestra identidad? ¿Quizá pareciéndonos a Alemania, el país más próspero de Europa, donde no se prohíbe fumar en ningún local de hostelería ni circular por las autopistas a más de 120 por hora?
Aquí la publicidad estatal nos está minando la moral y las buenas costumbres. Nos mete el miedo en el cuerpo, mata nuestra personalidad y la sustituye por otra fofa, siendo más papistas que el papa. Europa no prohibe fumar en bares y restaurantes, simplemente recomienda no hacerlo.
Seamos un país civilizado, con marca propia. Acordaros del "prohibido prohibir" y no nos prohibáis tanto. Que cada uno acepte su sitio en la civilización que queremos.
Los no fumadores que vayan a "no fumadores" si no tienen ganas de diversión, y ya está. Si quieren ya saben que, como siempre, no nos molestan en nuestros garitos [sólo en fin de semana se puede encontrar en ellos un 30% de no fumadores como mucho, y casi nunca son los camareros; pero la semana tiene 7 días y entresemana sólo vamos "de copas" los fumadores].
El estado dice que se gasta 7.000 millones en cuidar a los fumadores [aquí, claro, se incluirá la publicidad que amedranta y conciencia a nuestra sociedad], pero declara que ingresa por impuestos al tabaco 10.000.
También dice que tenemos 10 años menos de esperanza de vida. ¡Qué bien, diez años que se ahorran con nosotros en pagos de jubilación. Lo sabemos y elegimos nuestra vida. Santiago Carrillo sigue fumando a los 95.
Aunque con todos esos millones que ganan a nuestra costa y se ahorran con nosotros, más le valía dedicar los que emplean en la publicidad del miedo a investigación para que, viendo lo que hay, tuviésemos una muerte digna. [como Compay Segundo, que murió con su habano en la boca a los 98].
O, cuando menos, subvencionar a los garitos para que sigamos conviviendo como siempre con buenos sistemas de ventilación.
La gente se conoce en los bares. Ahora estoy en uno. Es martes, 9 de la noche, y las 16 personas que veo, todas tienen o el cigarro en la mano o el paquete de tabaco sobre la barra.
Cuando nos prohíban fumar, todos estaremos en nuestras casas, y los que ahora están en las suyas, entonces tampoco estarán aquí.
El artista inglés vivo más famoso del siglo hizo unas declaraciones públicas advirtiendo a su gobierno (y no es fumador) que han levantado las conciencias como si fueran ampollas de la sociedad anglosajona: "Desde que han prohibido fumar en los pub, han matado la bohemia".
Perder la bohemia significa: relaciones humanas, creatividad, etc.
Yo escribo en los bares, encuentro, me relaciono y llego a conocer gente en los bares.
El que no quiera tragar humo que no salga a la calle.
¿Podrían exigir los que no contaminan con gases realmente nocivos, por no tener coche o moto, que no circularan por las ciudades, al ser espacios públicos?
Todavía vivimos del turismo.
Todavía vivimos.
¿Por qué no seguimos manteniendo nuestra identidad? ¿Quizá pareciéndonos a Alemania, el país más próspero de Europa, donde no se prohíbe fumar en ningún local de hostelería ni circular por las autopistas a más de 120 por hora?
Aquí la publicidad estatal nos está minando la moral y las buenas costumbres. Nos mete el miedo en el cuerpo, mata nuestra personalidad y la sustituye por otra fofa, siendo más papistas que el papa. Europa no prohibe fumar en bares y restaurantes, simplemente recomienda no hacerlo.
Seamos un país civilizado, con marca propia. Acordaros del "prohibido prohibir" y no nos prohibáis tanto. Que cada uno acepte su sitio en la civilización que queremos.
Los no fumadores que vayan a "no fumadores" si no tienen ganas de diversión, y ya está. Si quieren ya saben que, como siempre, no nos molestan en nuestros garitos [sólo en fin de semana se puede encontrar en ellos un 30% de no fumadores como mucho, y casi nunca son los camareros; pero la semana tiene 7 días y entresemana sólo vamos "de copas" los fumadores].
El estado dice que se gasta 7.000 millones en cuidar a los fumadores [aquí, claro, se incluirá la publicidad que amedranta y conciencia a nuestra sociedad], pero declara que ingresa por impuestos al tabaco 10.000.
También dice que tenemos 10 años menos de esperanza de vida. ¡Qué bien, diez años que se ahorran con nosotros en pagos de jubilación. Lo sabemos y elegimos nuestra vida. Santiago Carrillo sigue fumando a los 95.
Aunque con todos esos millones que ganan a nuestra costa y se ahorran con nosotros, más le valía dedicar los que emplean en la publicidad del miedo a investigación para que, viendo lo que hay, tuviésemos una muerte digna. [como Compay Segundo, que murió con su habano en la boca a los 98].
O, cuando menos, subvencionar a los garitos para que sigamos conviviendo como siempre con buenos sistemas de ventilación.
La gente se conoce en los bares. Ahora estoy en uno. Es martes, 9 de la noche, y las 16 personas que veo, todas tienen o el cigarro en la mano o el paquete de tabaco sobre la barra.
Cuando nos prohíban fumar, todos estaremos en nuestras casas, y los que ahora están en las suyas, entonces tampoco estarán aquí.
El artista inglés vivo más famoso del siglo hizo unas declaraciones públicas advirtiendo a su gobierno (y no es fumador) que han levantado las conciencias como si fueran ampollas de la sociedad anglosajona: "Desde que han prohibido fumar en los pub, han matado la bohemia".
Perder la bohemia significa: relaciones humanas, creatividad, etc.
Yo escribo en los bares, encuentro, me relaciono y llego a conocer gente en los bares.
El que no quiera tragar humo que no salga a la calle.
¿Podrían exigir los que no contaminan con gases realmente nocivos, por no tener coche o moto, que no circularan por las ciudades, al ser espacios públicos?
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