Me estoy leyendo el libro. Pero sí, lo confieso: Me he buscado y he buscado a mis hermanos Vicente y Alfredo. Pero que me lo voy a tener que leer todo, porque aparecemos bastante. Y con lo que pesa. No se puede leer en el baño, ni llevártelo de viaje. Me lo tengo que leer colocando el libro en una mesa, cómodamente.
Pero me he emocionado. Me emociono y lloro. No porque piense que cualquier tiempo pasado fue mejor, sino porque me siento feliz de haber formado parte de esta vida o mo-vida tan impresionante.
Siempre pienso que fuimos unos adelantados. Pertenecemos a una generación no perdida, claro que no, más bien, inhóspita, por descubrir, porque, como tú bien dices en el libro, todavía no somos capaces de extraer todas las vivencias de una determinada época de nuestra vida, ya que aún no se ha inventado una máquina para hacer tal cosa. Y como por aquellos entonces no teníamos cámaras de vídeo a mano, como ahora, ni de fotos digitales (y de fotos normales, de esas con rollo, pocas, y no teníamos pelas para revelarlas, y no íbamos a gastar el poco dinero del que disponíamos en eso), ni existían los móviles, al menos aquí.
Así que no tenemos fotos, ni vídeos, tan solo recuerdos, diferentes en cada uno de nosotros, buenos, malos o regulares. Pero los tenemos. A lo mejor, si hubiéramos tenido esas cámaras, lo recordaríamos de otra forma. No lo sé.
Espero que muchos, al leer este libro, descubran a sus padres, a sus hijos, a sus tíos… y descubran que hubo vida antes del BV 80, mo-vida en el BV 80 y vida después, aunque algunos ya no están en este mundo, pero sí en nuestros recuerdos.
Gracias por este libro, Valtueña.
Cristina
Alfredo Sáez
No hay comentarios:
Publicar un comentario